El fenobarbital es la droga atiepiléptica más usada en perros y gatos. Es usada para el tratamiento de la epilepsia idiopática, convulsiones cuya causa no puede ser completamente determinada, y es efectiva en pacientes con epilepsia sintomática o presunta epilepsia. Como único medicamento, puede controlar las convulsiones en un 60% a 80% de perros y gatos epilépticos.
Aunque el medicamento es generalmente bien tolerado, los efectos secundarios pueden incluir sedación ligera durante las primeras 2 semanas de terapia, poliuria y polidipsia y aumento de peso. La supresión de la médula ósea que resulta en pancitopenia es una reacción idiosincrática muy rara que se resuelve con la suspensión del uso del medicamento. En los gatos, el prurito facial, edema límbico, y discrasias en sangre pueden ocurrir rara vez y resolverse con la suspensión del uso de fenobarbital.
La hepatotoxicidad es el efecto secundario potencial más serio a consecuencia del uso de fenobarbital en perros (no en gatos) y esto resulta en una elevación significativa de las enzimas hepáticas y puede derivar en inflamación crónica, cirrosis o síndromes hepatocutáneos.
El riesgo de hepatotoxicidad disminuye a medida que el clínico está más informado de los mismos y monitorea al animal periódicamente haciendo dosajes de fenobarbital en sangre y chequeando los niveles de concentración de enzimas hepáticas en sangre.
El monitoreo de pacientes en terapia con fenobarbital es importante para:
La toma de muestra para la evaluación de los niveles de fenobarbital sérico debe iniciarse de 2 a 4 semanas luego de empezada la terapia y cada 6 a 12 meses en adelante.
El rango terapéutico deseado en animales es de: