La medicina veterinaria se ha convertido en la profesión más popular del 2025, según un informe reciente de Indeed. Con una demanda laboral cada vez mayor y un vínculo cada vez más profundo entre personas y mascotas, nuestro campo está prosperando como nunca antes. Pero detrás de este crecimiento se esconde una historia compleja: una de oportunidades increíbles atenuadas por grandes desafíos que transforman las vidas de quienes ejercemos esta profesión.
Este crecimiento creo que no es casualidad, sino que responde a una mayor conciencia sobre la importancia del cuidado animal, el impacto de la salud animal en la salud pública y el papel crucial de los veterinarios en temas como la seguridad alimentaria y la conservación de la biodiversidad.
Sin embargo, con su creciente popularidad también llegan desafíos importantes que los futuros veterinarios y la profesión en general deben enfrentar. Este es un momento de profundo cambio para la medicina veterinaria, un momento en el que sus días más brillantes están iluminados por realidades igualmente preocupantes.
Una profesión próspera: una era dorada de crecimiento
La medicina veterinaria se encuentra en medio de un auge notable, impulsado por una sociedad que prioriza cada vez más la salud y la felicidad de sus mascotas y ahora compañeros de vida. La demanda de empleo está aumentando y las ofertas de veterinarios han aumentado en un 124% en los últimos tres años. Las proyecciones también pronostican un aumento del 20% en el empleo para 2033, lo que refleja un campo repleto de oportunidades. Junto a este crecimiento están los salarios crecientes a medida que los veterinarios calificados se vuelven cada vez más especializados.
Nuestro campo también está atravesando una revolución tecnológica. Los tratamientos avanzados y las herramientas de vanguardia han abierto nuevas posibilidades de especialización, permitiendo a los veterinarios explorar nichos interesantes como la oncología, la cardiología y el cuidado de animales exóticos. Para quienes buscan un equilibrio entre la vida personal y laboral o iniciativas empresariales, la telemedicina y los roles híbridos están redefiniendo la forma en que se brinda la atención veterinaria.
El futuro de la profesión parece brillante y ofrece recompensas para quienes dedican su vida a la salud animal. Sin embargo, este crecimiento también conlleva desafíos que exigen atención urgente.
¿Por qué es tan popular?
Creo que se debe a varios factores, pero los podemos resumir en tres:
- Ampliación del rol veterinario: Los veterinarios ya no se limitan solo al cuidado de mascotas. Su campo de acción incluye la salud pública, investigaciones biomédicas, bienestar animal, crecimiento en la tecnología del diagnóstico y consultorías en industrias agropecuarias. Esta diversidad de oportunidades atrae a más estudiantes.
- Mayor inversión en salud animal: El mercado global de productos y servicios veterinarios crece rápidamente, impulsado por el mayor cuidado de las mascotas y la demanda por alimentos de origen animal seguros y de calidad.
- Impacto en la sostenibilidad: La medicina veterinaria está en el centro de los esfuerzos para mitigar el impacto ambiental de las actividades humanas, conservar diversas especies y garantizar la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios.
Las luchas ocultas de la medicina veterinaria
Debajo de la superficie de esta profesión en auge se esconden cuestiones que pesan mucho sobre quienes la practican.
La crisis de salud mental
La medicina veterinaria se enfrenta a una grave crisis de salud mental. Los veterinarios se ven afectados de manera desproporcionada por el agotamiento, la depresión y el suicidio, representada entre 3 a 4 veces más alta en comparación con la población general.
La fatiga por compasión (el costo emocional de tomar decisiones de vida o muerte, discutir sobre la eutanasia o el ver las muchas limitaciones financieras con las que se trabaja) cobra gran importancia. La presión que se siente por parte de los dueños también es mucho mayor hacia el profesional, por lo que se siente un aumento en el nivel de la responsabilidad en el día a día.
Las largas horas de trabajo, algunos de los bajos salarios del mercado y las altas expectativas de los clientes exacerban el estrés, creando un ciclo implacable de presión.
Diversidad salarial
En el Perú, los salarios en la medicina veterinaria varían significativamente dependiendo del sector, la ubicación geográfica y la experiencia del profesional. Mientras que algunos veterinarios que trabajan en clínicas urbanas especializadas o en sectores industriales pueden recibir salarios competitivos, otros, especialmente aquellos en zonas rurales o en funciones de servicio público, enfrentan remuneraciones mucho más bajas. Esta disparidad puede desincentivar a nuevos talentos y dificultar la retención de profesionales en sectores críticos para la salud animal y la seguridad alimentaria. Abordar este desafío requiere no solo incrementar la valorización de la profesión, sino también implementar políticas que aseguren una distribución salarial más equitativa.
Diversificación de competencias
En los últimos años, los veterinarios han expandido sus áreas de acción más allá de las clínicas tradicionales. Hoy en día, muchos profesionales se desempeñan en sectores como ventas, salud pública, investigaciones científicas y educación. Este cambio ha llevado a una mayor demanda de habilidades interdisciplinarias y adaptabilidad, pero también representa un desafío en cuanto a la preparación académica y el reconocimiento de estas nuevas competencias dentro del mercado laboral.
Acceso a tecnología avanzada
El rápido desarrollo de herramientas de diagnóstico y terapéuticas ha revolucionado la medicina veterinaria, pero también ha creado una brecha significativa entre las clínicas que pueden permitirse estas innovaciones y aquellas que no. Por ejemplo, equipos avanzados como resonancias magnéticas, ultrasonidos de última generación, equipos de hemograma por citometría de flujo láser, analitos como el SDMA y especiales como de coagulación o CRP, están fuera del alcance de muchas clínicas veterinarias pequeñas o en zonas rurales. Esto limita el acceso equitativo a la atención veterinaria de calidad y genera desigualdades en el cuidado animal. Superar este desafío implica no solo llevar estás tecnologías a todas estas zonas, sino también fomentar, educar e invertir en cuidado y diagnostico animal.
Educación y actualización continua
La medicina veterinaria evoluciona constantemente, desde el desarrollo de nuevos tratamientos, la aparición de enfermedades emergentes y hasta mejoras en el diagnostico veterinario. Para mantenerse al día, los veterinarios deben participar regularmente en cursos, congresos y capacitaciones. Sin embargo, la disponibilidad y los costos de estos programas pueden salirse de un presupuesto, especialmente para profesionales en etapas iniciales de su carrera o que trabajan en mercados con limitaciones económicas. Es crucial promover el acceso a educación continua asequible, tanto presencial como en línea, y fomentar la colaboración internacional para compartir conocimientos y recursos. Además, las instituciones educativas deben adaptar sus currículos para incluir no solo avances técnicos, sino también habilidades blandas como la comunicación y la gestión de clínicas.
Deudas iniciales
Muchos egresados enfrentan una deuda considerable acumulada durante sus estudios, ya sea por matrícula, materiales o prácticas profesionales. En algunos casos, los salarios iniciales de la profesión dificultan equilibrar o alcanzar el costo de lo invertido, lo que puede tomar varios años en solventarse. Esta situación puede generar frustración y desincentivar a los nuevos profesionales. Resolver este desafío implica mejorar las oportunidades salariales y facilitar opciones de financiamiento o apoyo económico para estudiantes y recién graduados.
La medicina veterinaria en una encrucijada
Como profesión principal de 2025, la medicina veterinaria está preparada para un futuro extraordinario. Sin embargo, su sostenibilidad depende de abordar las realidades que enfrentan sus profesionales.
El crecimiento de la profesión es un testimonio de su importancia y potencial, pero también es un llamado a la acción. Veterinarios, educadores y organizaciones deben unirse para garantizar un campo más saludable, más inclusivo y más gratificante para todos.
Los animales que cuidamos y las personas que les dedican su vida no merecen menos. Al afrontar los desafíos de frente, la medicina veterinaria no sólo puede prosperar sino también marcar el camino como modelo de atención sanitaria compasiva y sostenible.
El 2025 promete ser un año emocionante para quienes eligen esta carrera. El desarrollo tecnológico en el diagnostico, la colaboración interdisciplinaria y la creciente valoración de la profesión son oportunidades únicas para transformar los desafíos en logros. Los futuros veterinarios deben estar preparados para adaptarse, innovar y liderar, no solo en el cuidado de los animales, sino también en el impacto positivo en sus comunidades y el medio ambiente.
La medicina veterinaria sigue demostrando que no es solo una profesión, sino una vocación que conecta a los humanos con los animales y el mundo natural en el que todos coexistimos.